lunes, 8 de diciembre de 2008

bella se chorrea

estaba llegando a la puerta me detuve dije no con la mano rozando la perilla retrocedí di media vuelta dije no no, es una locura, un hálito me alertó, me introdujo al peligro yo desatendí, deshice mis previsiones, precauciones, cambié de actitud dije voy a entrar con ánimo, voy a romper la puerta con mi voluntad pero rocé la perilla ay sí la rocé sabía que había que evitar la entrada el paso entre las dos columnas como parece todo familiar ay ay ay, no se puede evitar la entrada el paso entre las dos columnas las paredes familiares me observan yo quité la mano de la perilla no pude dejarla dejé de moverme me fui a quedar quieta entre las dos columnas y él me dijo acá no hay columnas chiquita y yo dije que las había yo las sigo viendo están ahí y allá y allá y me dijo otra cosa con esa boca herrumbrosa yo imaginaba darle un sopapo sí, en el medio de la cara, sí, y darme la vuelta y salir y olvidarme, dos paso y en la calle, como cualquier otra persona sin un pasado sin teatros por levantar sin bochornos públicos para pretender celebridad no necesito bochornos ni tanto peligro que me deshaga el ánimo, no hay que romper ninguna puerta soltar perillas, que va, no no no, es una locura, y entre por la puerta y estaba todo cubierto de mantas y mis manos ay mis manos se me iban como en trance atravesaban el umbral como si fueran a hundirse sí a hundirse entre las sillas en toda esa broma volvía a meterle las manos entre las piernas como embobada como perra que se chorrea y vuelve al palo que le da la leche y lo muerde al palo la perra chorreada, que asco me da todo esto, quisiera gritarlo gemirlo tragarlo cualquier cosa menos esto me siento atrapada en mi cuerpo es un asco profundo que me cubre de mantas mis manos ay sí, mis manos ay, las vuelvo a hundir en eso, por qué lo hago yo no lo sé, si lo supiera estaría afuera con la otra gente sin tanto bochorno encima que levantar que decir que va, a mí no

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