lunes, 19 de enero de 2009

la novia de peter

Mi perra murió esta semana. Se llamaba Wendy como la perra de Peter Pan, una perra longeva y jovial casi hasta el final, casi hasta el último tiempo, casi hasta entonces, que bajó la cabeza, como lo hacen todos y se echó a gemir con la cabeza ladeada en las baldosas rojas porque no podía más. Los sueños juveniles acaban, la perra que nos vio crecer comienza el último viaje espiritual. Quisera no aceptar su muerte, la desaparición de su figura que corre en círculos amarrada a una cadena en un patio de baldosas rojas con amplios intersticios donde se cuela su meo, donde ella se recuesta y jadea alegremente. Adiós amiga mía, me ofreciste tu amor y tu sexo, yo no pude responderte en todo, porque temía entonces vencer la barrera de las especies para darte esa alegría. Espero que sepas perdonarme y que mi amor platónico y embriagador te haya bastado. Mi amor permanecerá vivo y estancado, el tuyo... Dios sabe en que galaxia mora.

1 comentario:

Hilario González dijo...

¿Por qué no avisás que tenés estas grandiosidades desparramadas por acá?

O tal vez avisaste y no te di bola. Perdón.

En fin, grossissssimo (como siempre).

lactio