miércoles, 12 de noviembre de 2008

el que se viene abajo


La radiecita suena en una esquinita, despide luces amarillas por entre las hendijas, ellos miran. Los ojitos le rutilan, la chica en particular está embobada, él aprovecha y la apoya.

- Entre los amigos hay pacto tácito... con el tema de las hijas.

La radiecita escupe unas cancioncitas, luego entra en un estática más bien pedorra y cada tanto da como una patada acústica.

- ...que uno puede hacer ciertas cosas con ellas... cómo invitarlas a pasear y hacerlas entrar en la femineidad. Pensalo dos minutos, ¿qué puede saber una chiquitita así de la femineidad, con F mayúscula?

Masculla él, y le empieza a ablandar las tetas con las manos, la radiecita se apaga, ella vuelve como a las corridas a tomar control de la situación, le pisa un pie sin darse cuenta, él se lo toma aullando ay ay ay, lo que mi hiciste nena dice, ella se da la vueltita y con tanta furia que se le sale la saliva:

- Viejo choto no me toqués más! No te lo vuelvo a repetir me tenés cansada, me doy vuelta me tomo dos minutos me estás encima, QUE ASCO ME DA! Arghhh!!

Se vuelve a prender la radiecita. Es una voz de mujercita, que canta en tono afinado, va y viene la vocecita, va y viene. La chica se para en seco, se menea, la tiene hipnotizada la radiecita. él está en el piso y se retuerce, se arrastra hasta los piecitos de ella y se los besa, le lame la pantorrilla.

- Zorrita dulce, zorrita dulce, comete el caramelito...

dice, se toquetea, se retuerce y toquetea, como me dejó el pie! grita, la muy zorrita!

- Zorrita dulce, bajá y comete el caramelito

la quiere alzcanzar con las manos desde el piso, qué lejos le queda la radiecita deja de pasar la canción afinada de la mujer y pone una marcha militar. La chica ahora tiesa, con la mirada perdida, se contiene, empieza a marchar, él se arrastra y apaga la radiecita. La chica sigue marchando. Uno dos uno dos uno dos, dice, la chica se para frente a la máquina de escribir y escribe, mientras escribe dice:

- Anotá Juancito, anotá: Comunicado de prensa 422, a toda la población, el teatro armado del pueblo en vigilia, anotá no te pierda un detalle Juanciot, el teatro armado etc etc etc convoca a la reunión de mañana con fusilamiento y varieté muchas atracciones, corbata estricta, colores discretos, habrá copetín, revolución, representaciones a repetición, me entendés? esta es la papota, la papotota, pepepeep, ratatatata....

él se retuerce del dolor y la sorpresa, la chica está posesa por el espiritu del padre

- Válgame la gloria! Estás posesa

se acerca y la sacude por los hombros

- No me hagas escándalo dejame escribir! dice ella

- Estás posesa posesa posesa!!

- TE voy a meter la máquina entre los pies Juancito dejame escribir!!

- La máquina no! nonononono!!!!

ella toma la máquina entre sus manos y con perfil desencajado se le acerca y lo acorrala, pone la máquina entre sus pies, al piso y se tira a escribir, ratatatatata..... él se retuerce, danza y llora, quiere escaparse con el cuerpo pero las piernas le quedan clavadas en el ratatatatata de las teclitas y las patitas ratatatatata como dos pajaritos, qué pecado, dice, que traición, dejame salir...

- Bailá Juancito, seguí bailando! Ratatatatata...

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Nosotros fuimos soberbios en lo nuestro! El día del estreno me brotó un herpes furioso así de contento estaba. Los actores me llamaban el axolote por el collar de verrugas que me distinguía, y claro, los espectadores no debían verme de esa manera, pero, ¿cómo podía contenerme en un momento así? Iba y venía por el pasillo cubierto con una capucha, entraba en los camerinos y espolvoreaba de talco a los actores. En un momento reuní a todo el equipo en la cocina y les conté una anécdota sobre las prácticas antropofágicas primarias del teatro y entonces comimos albóndigas con tuco, y no fue buena idea porque los actores se empezaron a sentir mal y dije: Ahora vomitaremos, es el paso natural y contrario a la homofagia, partí una albóndiga en dos e hice pasar un balde con agua y lavandina para que todos vomiten, y al que presentaba dificultades le dabamos agua tibia con sal y limón. Con este rito inauguramos la obra, me mantuve a un lado de la escena dando mis indicaciones con las manos y las piernas, con lo que podía. Estela estuvo regia, dio una largo soliloquio en el que contaba su relación perdida con el muchacho de Anchorena, y las tardes romance juvenil perdidas en el recuerdo; y lo hizo tan vivamente y con un manejo tan intuitivo del tiempo que sufrí una erección que duró todo el largo de la obra, y aún más, tanto que tuve que esconderme en la cocina con un trapo mojado en la entrepierna esperando a que la erección cediera, y luego claro, tuve que descargar en la pileta de la cocina porque entendí que era la única manera de desenterme del problema. Pero la pileta estaba atascada de basura, y mi semen se mezcló con el tuco y las albóndigas y algunas cucharas y el agua con sal y con limón. Y entonces pude cumplir con la obligación social, contener a los actores, acordar correcciones y felicitarlos, saludar a las visitas, los representantes de los medios, mi ex mujer, mi madre, mi hija y todo lo demás. Después la soledad y la angustia, la dificultad de sensibilizarme y de reponerme. El vacío luego de la obra terminada, estrenada. La obra estrenada, mi miraba con ese rostro gris y borroso, desde el otro lado, una presencia ominosa, que quería entonces de mí? Qué más?
El lugar quedó desierto, yo había prometido alcanzarlos para cenar, por quince minutos estuve sólo recorriendo los pasillos y ordenando las sillas. Me pregunté si había alcanzado mi mejor momento, si no me encontraba ya en el cuesta abajo de mi carrera, pensé en mi padre, quien se había pasado la vida en el papel inacabable de carnicero bruto, el cargador de medias reses, de olor a sangre y luces forradas en celofán. Imaginé a mi semen escurriéndose junto a las albóndigas, atravesando las cañerías, llegando al desagüe del baño donde la mezcla del pegote blancuzco, endurecido por el agua y el pelambre acumulado que caía y caía y caía producían un tapón, hubiese tenido un infarto, pero no lo tuve. Sentí solamente que tenía el aspecto de otro, que era un carnicero haciéndome pasar por otra cosa. Cuando salí a la calle había comenzado a llover, mi hija estaba esperándome en la vereda con un tapadito rojo y un paraguas. Me dijo vamos, y yo cedí.

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un hombre está sentado en su propia muerte, con sus piernas separa las muertas piernas de su otro muerto, como si fuera a practicarle sentado el sexo anal, con la flora fungosa que causa consecuentemente el acto, entre las sillas piensa sentarse sobre sí mismo muerto, observa la pequeña y ausente luz a su izquierda que se eleva y desciende como un pezón o una lengua que pasa por la pared es un día de calor el hombre está sentado y respira fuertemente como un toro porque el pulmón que le queda no quiere funcionar este procedimiento sirve para despertarlo se observa desde una distancia de doce pies bajo las gradas de su teatro caído entre sus piernas

si pudiera coger con mi pasado lo haría, empezando por estas sagradas gradas mugrosas. dan la idea de una jerarquía de cosas, pero no son, vamos, más que sillas dice
la noche que cerramos el lugar no había goznes en las puertas y hubo que trabar de adentro con varas y muebles y armas de utilería y el viento entraba como un bandido y no había manera de taparlo si saben lo que digo y si pudiera coger con mi pasado empezaría con estas cosas mugrosas, ¡llevo el pecado dentro! y ladré, y el otro desde fuera me decía, MI ALBACEA MI ALBACEA! ¿Cómo voy a compensarte, cómo? Y se le caía una lágrima furtiva
¡llevo el pecado adentro! ¿cómo he de salir? grité, y ladré, y ladré y grité, mi hija, dijo, mi hija vendrá a sacarte!!!

está esperando a su prenda prometida, el gran canalla! emula, entre dientes, bajo una tela pulgosa, con la mano salada de esperma, el gran CANALLA!

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La primera actriz irrumpe en el espacio abriendo las puertas de par en par, se queda junto a la puerta, enuncia hacia el exterior y lentamente dirige su discurso a la pareja que se encuentra parapeta bajo la tela que vela el estrado

....¡No, no a mí!, ¡nunca a mí! Un papel así lo tenía reservado para otra persona, alguna pulcra y limpia jovencita, jovencita retozante bombón alineado, aniñado, ¡PERRA!, alguna que se arrastre como le gusta a los hombres del escenario ¿cómo voy a saberlo yo? No me vean con esos ojos ¡Yo nunca anduve ese camino, escupo en sus palabras, SPUT! Las tristes miserias que me rozaban, esas palabras de segundas, literatura de un escaparate polvoriento, literatura de segunda, ¡eso es lo que me insuflaste!, si si si SI SISI, CRETINO! ¡COMO PUDISTE PENSAR EN METER LUZ A ESTA CAVERNA MORTUORIA SIN HACERME UN PEQUEÑO LLAMADO! ¡Sin levantar el bendito teléfono!

la primera actriz comienza a balbucear con su boca, produciendo un arco exagerado con sus labios, y a la vez da pequeños pasitos de princesa hasta ubicarse donde la luz le da de lleno, comienza a citar los nombres y lugares de estrenos de sus viejas obras, regocijada y gozante bajo la luz

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espera, extático, como un poste o un postre o un muñeco barnizado, si corre una brisa lo voltea, está sobre el peldaño más bajo de las gradas, AUN ASÍ, se siente como a punto de dar un gran paso decisivo y punzante, se mete la mano al pantalón contraido como un animal que recibe el tiro de gracia y a medida que se arrastre deplorable escucha los ladridos del perro que viene a cogerlo
PAM!
la muchacha entra con el cargador, david y goliat, Túmbalo, ordena la muchacha, se sube al cargador como si fuera la carga viva de sus ideas, lo comanda a viva voz, Túmbalo túmbalo! andale!
el cargador levanta la mano pesada en un gesto, se detiene, clavado como una estatua
PAM! y se descarga sobre el, y el director en el piso parece más a su manera, con una mano se sostiene la cabeza y escucha el eco del mar, todas las cosas sólidas son primero, y luego los colores, no me van a sacar nada dice, el cargador vuelve a levantar la mano pesada en un gesto, Tumbalo y ruédalo! comanda la comandante

desde aquí se ve muy bien, muchas gracias, un cambio de perspectiva no viene mal, NONONONO
y se baja, ha estado bueno, dice
el hombre se cierne sobre el director, y se persiguen
que bien me sienta la comedia de la presa y el cazador, será por la sangre que vengo bebiendo en secreto para curar mis hemorroides, mis hemorragias oculares y mis omóplatos cansados. CUANTO MARTIRIO PARA UNA MUJER JOVEN!

lo tumbo señorita?
ya no hace tanta falta tumbárselo, mirelo como se friega, le hemos dado su merecido
le parece bien?
ya está todo dicho

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